Este es un plato popular argentino que nació gracias al ingenio de la cocinera de una fonda ubicada en el barrio porteño de Chacarita, en Buenos Aires, movida por la necesidad de saciar las bocas hambrientas de los numerosos obreros y operarios de la primera fábrica de neveras a gas que se abrió en Argentina. Esta ingeniosa cocinera decidió utilizar los pocos ingredientes que tenía en su cocina, frió en aceite grandes cantidad papas y huevos, creando el plato cuyo nombre muchas veces es relacionado con connotaciones pícaras. El nombre de este plato se debe al hecho de que el proveedor de las materias primas era tan poco próspero que no poseía carro y hacía su reparto a caballo.

El término patata, para nombrar a nuestra papa americana, comenzó a usarse en el siglo XVIII como una transformación de la voz batata con el que se designaba a otro tubérculo conocido en México como camote, que realmente es totalmente diferente a pesar de llamarlo papa dulce en algunos países especialmente los de habla inglesa donde la llaman sweet potato. El nombre patata, pasó al inglés como potato.

Algunos autores curiosamente especulan que la analogía de la voz papa con el vocablo usado para designar al Sumo Pontífice fue una de las causas del alejamiento del original de papa convirtiéndose en Europa en patata.

Espero que este curso les haya sido de provecho, recordemos que la papa es deliciosa como la comamos, ya sea hervida y bañada de mantequilla derretida, y espolvoreada con un buen queso, hasta en los más sofisticados platos de la culinaria mundial. La cocina es un laboratorio, estas recetas son simples ejemplos de cómo preparar este tico tubérculo, combina con todo y se vale inventar.

Una ultima curiosidad la historia del:
El Revuelto de Gramajo
Un colaborador del Presidente Julio Argentino Roca ideó esta receta y le puso su apellido. Dicen que un día, durante una prolongada partida de naipes, los jugadores sintieron hambre. Gramajo, a quien dicen le gusta la cocina, dispuesto a dar solución a las exigencias de sus invitados, entro a la cocina y solo encontró allí como sobras del almuerzo, restos de papas fritas, las puso de una sartén y las sofrió con huevos batidos y cebollas picaditas, preparando así unos espectaculares huevos revueltos que encantó a los voraces comensales y desde entonces acordaron nombrarlo "revuelto Gramajo", en honor a su ingenioso inventor. Como todas las grandes recetas, nació este revuelto gracias al ingenio de un cocinero.