Los años de nuestra vida son de
sesenta a ochenta si hay vigor, aunque la mayor
parte son de trabajo y vanidad.
Y más de 2000 años después,
el Servicio de Salud Pública de USA,
se hace eco de esta cita bíblica y lo
ratifica diciendo que un norteamericano nacido
en 1974 tiene una probabilidad máxima
de vida de unos 78 años.
Lo cierto es que
la calidad de vida de los longevos ha mejorado
mucho y ha permitido que aumente su cantidad,
pero la longevidad en sí ha cambiado
poco en los últimos 4000 años,
cuando ya Virgilio se lamentaba en sus Églogas
de la brevedad de la vida.
Sin embargo, la misma Biblia nos cita a Matusalem
con 969 años y a Abraham que fue padre
de Isaac a los cien años, aunque no nos
dicen cuánto duraban los años
en aquella lejana época.
Bien documentado está el caso de Thomas
Parr que murió a la edad de 152 años
y por eso está enterrado en la catedral
de Westminster.
También está documentado un exesclavo
llamado Charles Smith que murió en USA
a la friolera de 137 años.
Aparte de casos aislados que constituyen meras
curiosidades existen ciertos estudios sobre
ciertas regiones geográficas en donde
abundan los individuos centenarios y que citamos
en la clase 9.
Aunque la muerte
parezca una tragedia para el individuo, ella
ha aparecido en el transcurso de la evolución
como un acontecimiento determinado en el tiempo
que permite la adaptabilidad y la evolución
de la especie.
Desde el punto de vista de la evolución,
el ser humano deja de tener valor cuando ha
cumplido su papel reproductor, -alrededor de
los 40 años- lo que explica que el cuerpo
humano no esté diseñado para vivir
mucho tiempo.
Por otra parte, el envejecimiento permite hacer
sitio a los más jóvenes, teóricamente
más evolucionados y adaptados que sus
predecesores.
De forma, que hemos superado de sobras nuestro
período de garantía de vida, ya
que hoy en día llegar y superar los 80
es bastante frecuente.
El autor al escribir estas líneas tiene
88 años y se encuentra en pleno uso de
sus facultades físicas y mentales.
Hoy en día la responsabilidad de luchar
contra el envejecimiento y por tanto de aumentar
la longevidad corresponde e la investigación
científica especializada, la cual ha
expuesto toda una gama de teorías sobre
las causas que originan la vejez, aunque casi
todas ellas parten de dos importantes hipótesis
diferentes.
La primera o teoría
Coloidal dice que el envejecimiento de la persona
deriva del envejecimiento de sus células,
la segunda lo relaciona con la herencia genética.
Pero, en realidad, la mayoría de los
científicos están de acuerdo en
qué el envejecimiento, aparte de sus
constantes genéticas, no es más
que la acumulación a lo largo de la vida
de errores y cambios adversos que traen como
consecuencia la aparición prematura de
alguna o algunas de las llamadas enfermedades
degenerativas, las cuales llevan inexorablemente
a la vejez y a la muerte, al influir negativamente
en la buena marcha de los llamados Relojes
Biológicosy de los que hablaremos
cumplidamente en la clase 3.
Obviamente, el más
importante secreto para no envejecer consiste,
dicho en plan de humor, en morir joven.
Estamos pues de acuerdo que biológicamente
debemos envejecer, pero esto no significa que
al llegar a cierta edad hay que estar siempre
enfermo, sin deseo sexual alguno, sin capacidad
para crear o trabajar, en una palabra, estar
siempre quejándose ,cansado y sentado
ante el televisor.
¡No!
Hay muchos ejemplos de artistas, políticos,
científicos, etc. Que sus mejores obras
o producciones las hicieron en su vejez, ¡eso
sí!, libres de las cargas y miserias
ocasionadas por las enfermedades degenerativas.
Se conocen ya la
principales causas de dichas enfermedades
clase 4- y con ello, los medios para prevenirlas,
curarlas o atenuarlas y así retrasar
la aparición de los signos de la vejez,
alargando cualitativamente la vida.
Una buena regla o base para empezar este programa
es cambiar a una dieta apropiada e iniciarla
cuánto antes mejor .
Lástima que
exista tal desorientación dietética
en todos los países occidentales y como
para muestra basta un botón, citaremos
aquí una noticia aparecida en la revista
PEDIATRICS, en la cual se publicaba un estudio
encargado por el gobierno norteamericano, según
el cual los niños de aquel país
sólo toman cereales refinados en sus
desayunos, mezclados con leche de vaca, con
gran alegría de Mr.Kellog, el principal
productor de cereales y de la potente industria
lechera, pero con el repudio de los especialistas
que alegan que con este tipo de desayuno antihigiénico
y prácticamente tóxico, aparte
de que consiguen que los niños se acostumbren
a no comer frutas, a la larga lo pagarán
envejeciendo prematuramente.
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