Las líneas troncales para las circuitos que controlan las emociones se establecen antes del nacimiento. Los padres intervienen en ello de modo determinante.
Probablemente, la mayor influencia es la que el psiquiatra Daniel Stern llama "AFINACION", proceso mediante el cual los adultos que rodean a los bebés refuerzan los sentimientos internos de los niños.
Cuando se tiene contacto con un bebé a través de una sonrisa y un abrazo, si él refleja su excitación, sus circuitos de las emociones son fortalecidas.
La clave aquí es que el proceso tiene que ser repetitivo. Es el patrón de conducta el que cuenta y puede ser muy poderoso. En uno de los estudios del Dr. Stern, se refiere el caso un bebé cuya mamá nunca reafirmó el nivel de excitación con él. Ello alentó que se convirtiera en un ser extremadamente pasivo e incapaz de sentir excitación o alegría.
La experiencia también conecta con el circuito de "tranquilizar". Daniel Goleman lo describe en su libro "Inteligencia Emocional"; no es lo mismo, en definitiva, si un padre calma tranquilamente a su bebé que llora, respecto de otro que lo avienta a la cuna; o entre una madre que acaricia a su bebé cuando llora y otra que se desespera y se altera. Estas primeras respuestas son afinadas con el stress del bebé.
Entre los 10 y 18 meses, un cluster de células en la corteza cortical prefrontal está ocupada en conectarse con la región emocional.
Stress y momento difíciles constantes reactivan los circuitos emocionales.
Pero, retomando nuestro tema central, la música tiene la capacidad de transformar las emociones convirtiéndolas en amor y momentos de alegría y ternura, contribuyendo al desarrollo armónico del pequeño.
¿Que sucede al escuchar música?
Howard Gardner, autor de la teoría de las inteligencias múltiples, dice que existen seis inteligencias humanas que están relacionadas con las áreas del cerebro y sus procesos. Una de estas inteligencias - la pertinente al tema que desarrollamos - es la así llamada por él inteligencia musical, en que la percepción auditiva del bebé es la primera constatación de que existe algo más allá de él, con la cual se relaciona.
La música estimula el desarrollo del cerebro y su estructura razonable, en tanto facilita el establecimiento de Ia red neuronal que permite mejorar la función cerebral. Platon afirma que "La música es el instrumento más potente que ningún otro para la educación."
Ahora los científicos saben por qué la música entrena al cerebro para aumentar y mejorar las formas del pensamiento.
Asimismo, entre más temprano sea el entrenamiento musical es mucho mejor para estimular las habilidades de pensamiento en sus hijos.
Los niños son capaces de aprender más cuando son chicos; obviamente, todos continuamos aprendiendo durante el resto de nuestra vida, pero las "ventanas para el aprendizaje" se mantienen en condiciones óptimas aproximadamente, hasta el lapso comprendiendo entre los 10 a 14 años. Son cerebros jóvenes para procesar información.
¿Cuáles son los beneficios?
El recién nacido, al escuchar la música que escuchó prenatalmenle, come más, duerme más, y llora menos.
Y ello no porque los bebés hayan tenido un trato especial, sino, porque se crearon vínculos afectivos poderosos y positivos, a través del amor y la música.
La música creada y seleccionada cuidadosamente, promueve la inteligencia musical, tiene un efecto de tranquilidad, proporciona a los pequeños la oportunidad de aprender música. La formación de su personalidad empieza a desarrollarse alrededor de bellas melodías, ayudando a desarrollar su creatividad, concentración y coordinación.
Enriquecer a los bebés a través de lo que escuchan, es tarea de los padres: ¿por qué no brindarles y ofrecerles lo mejor, con amor y conciencia?
La buena música ayuda a su hijo a potenciar su memoria, aumenta su coordinación, creatividad y concentración, incrementa la habilidad matemática, acelera el aprendizaje de idiomas, desarrolla el razonamiento y el gusto para la música, enriquece las emociones, transformando en alegría los sentimientos negativos del corazón, llevándolo a encontrar sus propios valores y fortaleciendo sus relaciones interpersonales y familiares.
Al escuchar música se estimula el sistema nervioso, pues el aprendizaje auditivo, rítmico y musical, se apoya el crecimiento y la inteligencia, auspiciando la asociación de sensaciones de placer y seguridad. Todo esto, insisto, se ha comprobado científicamente.
Las principales características de la música: el tono, el timbre, la intensidad y el ritmo se encuentran en el lenguaje oral. Por esto, la música prepara al oído, la voz y el cuerpo del niño a escuchar, integrar, aprender y vocalizar.
La música brinda a los bebés amor y atención, creando de modo natural un estado de relajación alerta, creando una atmósfera de apertura para dar y tomar en las futuras relaciones, además de proporcionarle la oportunidad de aprender música. Esta fina educación trae a los niños bienestar, enriquecimiento interior y una gran felicidad.
La combinación de sonidos, ritmos y armonías, los hacen sentir tranquilos e intensificar el contacto físico y emocional entre los padres y su bebé e hijos de otras edades.
Gordon Shaw, de la Universidad Irvine en California, dijo: "Al escuchar música clásica, los niños se estimulan, ejercitan neuronas corticales y fortalecen los circuitos usados para las matemáticas. La música estimula los patrones cerebrales inherentes y refuerza las tareas de razonamiento complejo". Shaw y Rauscher dieron a 19 preescolares clases diarias de piano y canto. Después de 8 meses, los investigadores comprobaron que los niños mejoraron sustantivamente en sus razonamientos, comparados con los niños que no tomarón las clases de música, al demostrar mayor habilidad en rompecabezas, dibujo de figuras geométricas y en el copiado de patrones de dos bloques de colores.
Mientras más temprano es expuesto al niño al lenguaje musical, mayor es el aprendizaje hacia las formas de razonamiento, las matemáticas, el lenguaje y el fortalecimiento de las emociones.
¿Que música escuchar?
Cada bebé responde al estilo de la música a la que se le expuso durante la vida intrauterina repetidamente. Esto depende de los gustos y de la cultura musical materna. Sin embargo, me permitiré recomendar cantar Canciones de Cuna, en particular aquellas que te permitan expresar más fielmente tu amor anhelos y deseos.
Cantarle al bebé regularmente para acompañar las actividades familiares, es un rito que aumenta la tranquilidad, constituye una preparación óptima para su etapa verbal y fortalece los vínculos familiares.
Nuestra experiencia nos indica conveniente e importante escuchar creaciones del tipo de Melodías orquestadas, Canciones de cuna, Rondas, Canciones didácticos, Canciones cristianas, La Magia de Mozart, Las Maravillas de Vivaldi, El Encanto de Beethoven , Lo glorioso de Bach, La Pasión de Shubert, La Belleza de Tchaikousky, Flauta o Cuerdas con sonidos de la naturaleza.
Esta música, incluida en nuestra colección, ha sido seleccionada cuidadosamente para que contenga el tiempo y el carácter que se aproxima al ritmo cardíaco de un adulto tranquilo.
Los bebés per nacer y los pequeños no necesitan ningún tipo de música especial compuesta para ellos. Lo que sí merecen, dentro de lo posible, es lo mejor, lo auténtico. Si te gusta Mozart, oye la música auténtica de Mozart; si te gustan Los Beatles, oye la música original del grupo inglés.
Se ha comprobado que inmediatamente después del nacimiento, la música y las voces escuchadas prenatalmente, tienen un efecto "mágico" en los bebés, ya que dichos sonidos y voces quedaron impresos en su memoria y, al escucharla nuevamente, son asociados con sensaciones de placer.
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