Un oído que trabaja bien durante la vida activa y que cuando llega la jubilación deja de hacer esfuerzos para escuchar, va a perder sus capacidades. Esto ocurre porque la escucha depende de dos músculos que se encuentran en el oído medio y que, como todo músculo, cuando dejan de ejercitarse pierden su tonicidad y se atrofian. El Oído Electrónico y la música de Mozart ofrecen la posibilidad de reeducar esos músculos despertando el deseo de comunicar y entregando un considerable aporte energético al cerebro.
A los pocos días de comenzar el tratamiento las personas se vuelven más dinámicas, más comunicativas; su postura deviene menos encorvada y comienza a disminuir el tiempo que pasan durmiendo. La piel de la cara se tensa y pone más lozana, como si se tratara de un verdadero “lifting” dice Tomatis. El oído vuelve a entregar energía al cerebro.
Esta carga energética se traduce en bienestar y aumento de la vitalidad, lo cual tiende a disminuir el cansancio y los malestares psicosomáticos propios de la edad y asociados a estados depresivos. Comienza a instalarse una actitud mental mas positiva y optimista que ayuda a fortalecer el sistema inmunológico. En otras palabras, la modificación de la manera de escuchar permite romper el circulo vicioso vejez-cansancio-dolor--depresión-soledad.
La voz también juega un rol muy importante en estos ejercicios de estimulación. En una etapa del tratamiento se les pide a las personas que lean en voz alta frente a un micrófono durante media hora. El oído Electrónico les devuelve la voz mejorada, haciendo énfasis en la frecuencias del lenguaje y en las frecuencias más agudas que son las que se van perdiendo con la edad. Este ejercicio les ayuda a mejorar el timbre, la articulación y el volumen de su voz y sobretodo les enseña a autoestimular su oído y el cerebro haciendo resonar sus huesos con su propia voz.
Muchos pensionistas después de seguir un curso audio vocal en nuestro Instituto buscan integrarse a grupos corales para vivir el placer de cantar juntos, dar conciertos y pertenecer a un grupo.
En general todas las actividades artísticas son bienvenidas en esta edad, porque permiten la auto expresión y obligan a las personas a estar más conectadas y presentes en el aquí y en el ahora, especialmente a aquellos que tienen tendencia a replegarse sobre si mismos
BURGOS. No se trata de «amansar a la fieras» sino de que al menos durante el tiempo que dura la sesión tengan mejor calidad vida.
Cada tarde el Centro de Día de la Asociación de Familiares de Alzheimer de Burgos se inunda de música y puede escucharse desde el clásico «Campanera» de Joselito hasta el sonido de unas maracas al ritmo intermitente de una mano anciana. Son las sesiones de musicoterapia que imparte Igor López, el primer musicoterapeuta de Burgos que ha conseguido que esta manera de abordar la enfermedad se integre en el programa de trabajo de la asociación como un tratamiento «potente» porque, según explica, «engloba las partes física, cognitiva y emocional» de los enfermos.
Preparación
Las sesiones de musicoterapia tienen en la actualidad un total de cuarenta pacientes repartidos en grupos de ocho personas como máximo «para facilitar una mejor atención a cada caso». Dependiendo de la fase de la enfermedad en la que se encuentren los ancianos pero también de sus gustos musicales, para lo que «se pregunta a su familia», Igor López prepara cada jornada en la que se combinan, entre otras cosas, canciones antiguas «que les pueden hacer recordar», composiciones musicales en las que cada paciente colabora con instrumentos de fácil manejo o improvisaciones en las que se busca «el flujo musical de cada uno».
Todos los ejercicios que se realizan en las sesiones de musicoterapia son «cosas muy sencillas que ellos pueden hacer para que su autoestima suba». Igor López insiste en que no se trata de seguir el dicho de que «la música amansa a las fieras» sino de provocar con la música diversas reacciones. La relajación es una de ellas pero no la única también se ejercita la memoria, el movimiento... o incluso «pasar un buen rato para evitar la depresión».
En este sentido el musicoterapeuta explica que «no siempre vas a querer que tu paciente se relaje, tienes unos objetivos terapéuticos y utilizas la música para conseguirlos».
Algunos enfermos de Alzheimer no recuerdan ni su nombre y tienen dificultades para la «ubicación temporal» pero la melodía de una canción puede traerles a la mente retazos de su historia. En este sentido Igor López explica que «las canciones que escuchamos siempre son de su época para enraizar con lo que es la reminiscencia». A estos pacientes en concreto y a los ancianos en general, la música «les ayuda a recordar y ejercitar la memoria» pero también «emocionalmente suelen sentirse mejor».
Comunicación
La música se convierte además en un medio de comunicación para estos «pacientes que en muchos casos están aislados socialmente». En estas sesiones descubren que «no tienen que hablar para comunicarse sino que pueden hacerlo a través de la música, cantando una canción, tocando instrumentos…».
Igor López deja claro que no se trata de crear una orquesta profesional, que aprendan a tocar el piano o ni siquiera que la música resultante «sea bonita sino que la utilicen». En las sesiones de musicoterapia se da a cada anciano un instrumento «muy sencillo, de fácil manejo, como los que utilizan los niños en la escuela». Panderos, maracas, claves, xilófonos… se convierten en un elemento de comunicación para el que, en los casos más extremos, únicamente hace falta un leve movimiento de muñeca como es el caso de las sonajas. Se trata de que «ninguno se sienta imposibilitado para hacerlo sonar».
Movimiento
Tocar los instrumentos musicales, por sencillos que sean, ya supone la realización de movimientos lo que supone el cumplimiento de otro de los objetivos de la músicoterapia que va dirigido al estado físico de los pacientes. Además de los instrumentos, la música facilita la realización de movimientos más o menos coordinados con la realización de bailes.
En este apartado se da especial importancia a la improvisación en la que «los pacientes tocan instrumentos y es lo que salga, no hay ninguna guía» y la misión del terapeuta es «mirar cuál es el flujo musical de cada uno, si uno toca mucho o poco, si se comunica, si tú te acercas y te contesta tocando…». A lo organizado por el musicoterapeuta se suma la respuesta personal de cada paciente a la música que transmite a través del lenguaje corporal.
" ESCUCHAR MUSICA DEBERIA SACAR A RELUCIR LO MEJOR QUE TENEMOS DENTRO. DEBERIA SER COMO EL VIENTO EN NUESTRAS VELAS, QUE IMPULSASE NUESTRO BARCO, HACIA SU DESTINO CELESTIAL "
Peter Mikael
2.- LA MUSICOTERAPIA EN LOS SERVICIOS DE GERIATRIA:
La Musicoterapia es una técnica que ya ha demostrado sus beneficios en el tratamiento de diversos trastornos, como el autismo, el insomnio, las enfermedades mentales, e incluso influye positivamente en la recuperación de los bebés prematuros. Sin embargo, la musicoterapia también pude ayudar a mejorar la salud y la calidad de vida de los pacientes ancianos.
"La musicoterapia es, esencialmente, un lenguaje emocional. El compositor intenta plasmar una serie de sentimientos, pero es el oyente quien transfiere a esa melodía su propio estado de ánimo, sus recuerdos y las circunstancias de su vida pasada. Cada persona le da significado a la música, y este significado va cambiando de una hora a otra y de un día a otro”, explica Serafina Poch
Según Poch, quien trabaja en la aplicación de la musicoterapia en pacientes con enfermedad de Alzheimer, Parkinson, demencias seniles o depresiones, la música actúa como un estímulo emocional y físico. El estímulo emocional se consigue mediante la parte melódica y armónica, mientras que “la estimulación física es posible gracias al ritmo, que es un elemento energizante y hace que las personas mayores, que en ocasiones padecen un cansancio crónico, acusen en menor medida los achaques físicos”.
De hecho, la musicoterapia “ayuda a reducir el tiempo de hospitalización y hace que el paciente necesite mucha menos medicación de la habitual”.
La aplicación de la musicoterapia en personas mayores también permite mejorar su comunicación con los demás y, en el caso de los enfermos con Alzheimer y otras demencias, es un excelente medio de expresión de emociones. Asimismo, la música es una promotora de asociaciones mentales y emocionales, una manera más recreativa de ejercitar la memoria y mejorar la motricidad del enfermo, que puede moverse o realizar actividades físicas al ritmo de la música. De ahí que muchos fisioterapeutas recurran en ocasiones a la música para que los ejercicios de rehabilitación sean más eficaces.
Viajes musicales
Entre los ejercicios puestos en práctica por Poch se encuentran los ‘viajes musicales’, que consisten en la realización de viajes imaginarios mediante la combinación de la visualización de paisajes o escenas y música evocadora. De esta manera, “los enfermos pueden trasladarse mentalmente a un lugar ficticio y realizar ‘viajes’, aunque sean imaginarios, fuera del hospital”.
Una prueba más de que la música puede mejorar la calidad de vida de los pacientes mayores se halla en un estudio realizado por Poch en un grupo de once pacientes del recientemente desaparecido Instituto Psiquiátrico Tomás Dolsa, de Barcelona. Los resultados del trabajo, que tuvo una duración de tres meses, indicaron que la musicoterapia “proporcionaba un mayor apoyo emocional casi en el 85 por ciento de los casos y favorecía la activación sensorial y motora de pacientes muy sedentarios”.
Relaciones interpersonales
Asimismo, la música se convirtió en un excelente medio para fomentar “las relaciones interpersonales, que mejoraron hasta en un 48 por ciento, y para la expresión de sentimientos, lo cual resulta significativo si se tiene en cuenta que algunos de los pacientes ni siquiera hablaban”.
Para que la musicoterapia aporte beneficios las sesiones no deben componerse exclusivamente de técnicas musicales, sino que debe tener un contenido psicoterapéutico, pues uno de los principales beneficios de la musicoterapia es que “ayuda a tomar contacto con la vida emocional del paciente. Es imprescindible establecer una buena comunicación con el paciente, hacerle tomar contacto temporal con su entorno y conectar con su vida emocional”, concluye Poch.
3.- ¿Por qué aplicar la Musicoterapia en Pacientes Ancianos?
En el trabajo con la tercera edad se hace ineludible recurrir a un grupo interdisciplinario, para atender con idoneidad a su problemática. Factores tan determinantes como la amenaza del acercamiento a la muerte, la herida narcisista del envejecimiento, entre otros, producen en cada anciano reacciones diversas, predominando sentimientos tales como aburrimiento, estancamiento, empobrecimiento personal.
La Musicoterapia es una disciplina científica que estudia e investiga la relación del ser humano con el sonido, la música, el ritmo, etc. Es una especialidad que aprovecha una serie de recursos expresivos tales como la música, el sonido, el silencio, la palabra, la voz, el ruido, los gestos y los movimientos corporales para configurar una estructura integrada de expresión, promoviendo la salud física y mental.
En Musicoterapia se crea un espacio donde la persona pueda crear, jugar, expresarse, encontrarse con sus sonidos y con el otro. El espacio musicoterapéutico es un ámbito en el que se promueve la manifestación emocional y la actividad lúdica, donde las percepciones, sensaciones y vivencias corporales son el punto de partida para que la persona pueda encontrarse con sus propias posibilidades, con su cuerpo y sus sonidos.
En el juego sonoro la música puede actuar como disparador de nuevos pensamientos e ideas creativas. A partir del trabajo creativo la persona puede rehacer, recuperar, reconstruir su mundo pasado y presente, construyendo así su propia historia sonora.
Al momento de plantear las actividades, se tienen en cuenta las necesidades de cada persona tales como:
• El reconocimiento como individuo, con sus expectativas e inquietudes, las cuales se deben intentar satisfacer.
• Ser miembro activo, capaz y útil, considerando su capacidad física, mental y emocional.
• Oportunidad de auto expresión.
• Sentimientos de valoración.
4.- ¿Cómo y para qué se aplica la Musicoterapia en Geriatría?
La aplicación de la musicoterapia en personas mayores también permite mejorar su comunicación con los demás y, en el caso de los enfermos con Alzheimer y otras demencias, es un excelente medio de expresión de emociones. Asimismo, la música es una promotora de asociaciones mentales y emocionales, una manera más recreativa de ejercitar la memoria y mejorar la motricidad del enfermo, que puede moverse o realizar actividades físicas al ritmo de la música. De ahí que muchos fisioterapeutas recurran en ocasiones a la música para que los ejercicios de rehabilitación sean más eficaces.
“ LA MUSICOTERAPIA HUMANIZA Y DIGNIFICA AL PACIENTE GERONTE, ASI COMO MEJORA SU CALIDAD DE VIDA”
ACTIVIDADES A DESARROLLAR EN EL SEXTO MÓDULO:
1.- Escuchar el CD VI, VII, XIV, XV y XVI con personas ancianas.
2.- Enseñar Canciones del Cancionero y cantar con personas ancianas.
3.- Escuchar los Cd XVII, XVIII y XIX con personas de la Tercera Edad.
4.- Describir el comportamiento del Anciano al escuchar Música Cristiana: CD XI, VII A, B, C, CANTOS PARA ORAR ANIMAR I, II MUSICA SACRA, MUSICA DINAMICA, ETC.(APROX.10 CD)
5.- Escuchar Música Clásica de los grandes maestros.6.- aprender de 10 a 20 canciones de los CD.
7.- Componer canciones cristianas.
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