Curso de Musicoterapia aplicada a la Salud y Educación - Curso gratis de En Plenitud.com  

Curso de Musicoterapia aplicada a la Salud y Educación

Ejemplos de experiencias individuales de tratamiento:
 
<- Lección anterior  
<- Parte 1 Parte 3 ->
 
 
 
 

Paciente MPL: 67 años, APP (antecedentes patológicos personales), HTA (hipertensión arterial), cardiopatía isquémica. Llegó a las sesiones de musicoterapia en un alto estado depresivo. En el test de musicoterapia refirió agradarle mucho Luciano Pavarotti. En la siguiente sesión se le llevó un tema interpretado por dicho cantante y se utilizó la técnica de evocación mediante la audición musical. Se observó entonces en ella cierto estado ansioso, palidez cutánea y ojos llorosos. Al terminar la pieza se propició que se expresase, a lo que argumentó que dicha canción era como un lamento, depresiva, tal y como se sentía en ese momento. En el decurso de esa sesión explicó la difícil situación familiar en que se encontraba, causa de su depresión actual. Al finalizar pidió escuchar El Danubio Azul, manifestando una alegría desbordante al escuchar el vals, que evocaba recuerdos de su juventud. Más tarde fue más fácil abordar con ella algunos de los problemas existentes.

 

Paciente GEM: 66 años, APP, HTA, artrosis generalizada y poli neuropatía periférica. Fue remitida a las sesiones de musicoterapia por tratarse de una anciana sola; vivía con un hijo que casi nunca estaba en la casa; no tenía problemas con su situación económica, pero sí presentaba mucha carencia afectiva, lo que implicó que con frecuencia refiriera a su médico de familia su estado depresivo. Al principio participaba muy poco en el grupo en las actividades de danza terapia ya que se quejaba de dolores debidos a la neuropatía, hasta que en una sesión, al escuchar un paso doble, se levantó y bailó magistralmente con una alegría casi eufórica. “No pude contenerme ante la emoción que sentí”, refirió luego.

 

Paciente GAB: 64 años, APP, HTA y migraña. Fue enviada al grupo de musicoterapia por ser una persona con dificultades en las relaciones interpersonales (agresiva y muy impulsiva en ocasiones). Tenía serios problemas de convivencia (familia disfuncional), por lo que era muy poco comunicativa. Accedió a ingresar al grupo porque necesitaba un lugar donde relajarse. Poseía muy pocos gustos musicales, lo que dificultó su manejo en las sesiones. En una ocasión, ante la técnica de los llamados “viajes musicales”, se logró que se expresara recordando canciones, proverbios y juegos de su ciudad natal (Bayamo), y a través de la pieza musical Bayamo en coche, logró sonreír y bailar, mejorando a partir de entonces su estado de ánimo.

Paciente AVL: 69 años, APP, artrosis generalizada y diabetes mellitus. Es remitida al grupo por el diagnóstico de síndrome depresivo. Desde su comienzo en las sesiones se resistía a expresarse verbalmente y a participar en las actividades musicales, a pesar de referir que se sentía bien en el grupo. En una sesión en la que se le aplicó la técnica de imaginación guiada, en la cual los presentes deben imaginar su ascenso a una montaña mientras describen los obstáculos encontrados, la música de fondo consistió en un fragmento de la Sexta Sinfonía (“Pastoral”) de Beethoven. En esa ocasión, su descripción fue la siguiente: “Subo por una loma empinada y encuentro muchas piedras y rocas, pero las paso. Cruzo por un puente que va por encima de un río. Sigo entonces subiendo, aunque me canso. Al final de la montaña veo un joven que me espera sonriente vestido con ropa deportiva”. Posterior a esta experiencia comenzó un proceso de abreacción, por el cual se supo acerca de las dificultades que atravesó para educar a su hijo ella sola y su extrema preocupación porque él lograra ser un deportista de alto rendimiento.

 

Paciente GGA: 70 años. Asistía a sesiones de musicoterapia por encontrarse deprimida. Este caso llegó a ser preocupante debido a que, a diferencia de otros integrantes del grupo terapéutico, se constataba poco avance luego de cinco sesiones, pues sólo se remitía a saludar tímidamente al resto de los pacientes y se resistía a participar activamente en otras actividades que se realizaban en ca-da sesión. No obstante, en la sexta sesión, durante una actividad de danza terapia en la que se les pidió a los pacientes que se expresaran libremente, se levantó espontáneamente y pasó al centro del salón realizando movimientos con sus brazos y girando sobre su cuerpo. Así trataba de expresar toda la emoción que le proporcionaba la sonata Claro de Luna de Bethoven. Al terminar, lloraba, y al responder a una pregunta de un miembro del grupo dijo: “Siempre soñé con ser bailarina, y esa música me transportó a un escenario”. A la siguiente sesión llevó fotos de su juventud, se veía más animada, y a medida que avanzaron las sesiones se tornó más comunicativa.

DISCUSIÓN:

En sentido general pudo apreciarse que el trabajo musicoterapéutico efectuado tuvo considerables repercusiones en las personas de la tercera edad que asistieron al mismo. De hecho, su estado anímico mejoró visiblemente, aumentaron su comunicación familiar y su interrelación social; disminuyeron su estado de soledad y marginación (frecuentes en esta etapa) y trastornos en la memoria y acreció su autoestima. Es interesante resaltar el entusiasmo con el que recibieron esta actividad, siendo que el tiempo de terapia constituyó para ellos un importante tiempo de entretenimiento y distracción, amén de conectarse con vivencias importantes de su pasado.

En cuanto a la relación entre el cuadro clínico presentado por los pacientes y la edad de los mismos, no se encontró ninguna relación significativa en tanto que las enfermedades que presentaban concuerdan con las que padece la media de los adultos mayores, o sea, hipertensión arterial, cardiopatía isquémica, diabetes mellitus, artropatías y cuadros depresivos. Sin embargo, y a pesar de que no existió un control riguroso durante la experiencia, refirieron una merma en la cantidad de algunos medicamentos empleados para los dolores físicos y para aliviar la ansiedad y tristeza que los caracterizaba al inicio de la misma.

 

Se apreció cierta relación entre el cuadro clínico y la escolaridad, ya que los pacientes con mayor nivel de instrucción enfrentaban mejor la enfermedad y buscaban mecanismos de ayuda para vivir con más calidad. Ello fue evidente desde el inicio de las sesiones de musicoterapia al hablar de sus padecimientos, y se hizo más notorio en el decurso de las mismas.

A pesar de que la muestra era mayoritariamente de mujeres (como suele ocurrir entre los grupos de tratamiento psicoterapéutico que asisten por voluntad propia) ―lo cual impidió establecer comparaciones significativas entre los sexos―, como tendencia se apreció que desde el punto de vista físico, ambos, mujeres y hombres, se comportaron de forma muy similar, en tanto que desde el punto de vista psicológico entre las mujeres predominó el cuadro depresivo.

Esta experiencia alienta a continuar su aplicación y perfeccionamiento en las personas de esta edad. La realidad circundante convoca a todos a prestarles una atención esmerada. Al fin y al cabo, la ley de la naturaleza impone que todos nacen, crecen, se desarrollan y mueren. Debe hacerse por los gerontes de hoy lo que se desearía para uno mismo en el mañana. Incluye el brindarles afecto, atención y no privarlos de disfrutar de la más bella de las artes: la música. Ella es capaz de arrancar los más ocultos sentimientos humanos y, como han reconocido grandes músicos, despertar la más profunda de las emociones.

1Esta experiencia fue desarrollada en la Casa de Cultura “Adolfo Delgado”, Reparto San Agustín, La Lisa, La Habana, Cuba. Artículo recibido el 15 de enero y aceptado el 28 de febrero de 2003.

2 Centro Comunitario de Salud Mental, Martí 214, entre Ambrón y La Piedra, Apdo. 20, Zona Postal 12, 11200 Regla, Cuba3 El Colegio de la Frontera Norte, Blv. Abelardo L. Rodríguez 2925, Zona del Río, 22320 Tijuana, B.C.

REFERENCIAS:

Aldridge, D. (2001). Las terapias artísticas creativas en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas, Memorias del Congreso de Musicoterapia y Arteterapia en las Enfermedades Neurodegenerativas, Vitoria-Gasteiz (España), 14-16 de septiembre. Vitoria Gasteiz: Instituto Música, Arte y Proceso.

Álvarez, M., Cordeiro, M. y Fernández, T. (1992). Aplicación experimental de técnicas musicoterapéuticas en una muestra de niños con trastornos de conducta. En N. Hernández, M. Llanio y M. Fernández (Eds): Physiopathology of Nervous Systems. La Habana: Academia: 108-112.

Boxberger, R. y Cotter, R. (1968). El paciente geriátrico. En G. Thayer (Edit.): Tratado de musicoterapia. Buenos Aires: Paidós: 285-296.

Bright, R. (1993). La musicoterapia en el tratamiento geriátrico. Buenos Aires: Bonun.

Cabrera, G. (2001). El envejecimiento demográfico en el mundo. Demos, 13: 42-43.

De la Osa, J. (2001). Llegar sin vergüenza a la vejez. Periódico Granma (La Habana, Cuba), 17 de marzo: 3.

Di Prinzo, C. (2001). Musicoterapia en geriatría. Disponible en línea: http/:musicoterapianorte.com.ar.

Fernández, T., Cádiz, M. y Fajardo, R (2000). Lateralidad manual y música relajante. Psicología y Salud, 10(1): 115-124.

Fernández, T., Pérez L., N. y Cádiz, M. (1998). Esteseometría y música prointelectiva: estudio de la influencia sobre el tono cortical a través del método esteseométrico. Música, Arte y Proceso (Vitoria-Gasteiz, España), 5: 27-42.

Fernández, T., Torres, J. y Virués, T. (1995). Efectos de la música ansiogénica y ansiolítica sobre la actividad eléctrica de alfa en sujetos con ansiedad patológica. Estudios de Psicología (Madrid), 53: 25-46.

Gaertner, M. (1996). Music moments with the aged: Voulez-vous dancer, chanter, grandmere, grand pere? Memorias del VIII Congreso Mundial de Musicoterapia, Hamburgo, Alemania, 14-20 de julio. Hamburgo: Congress Center Hamburg: 231.

Gutiérrez, L. (2001). Morbilidad en la población mayor: El proceso de la transición epidemiológica. Demos, 13: 8-9.

Leao, L. y Negreiros de S., M. (1994). A musicoterapia e o envelhecer: Uma experiencia clinica na casa Sao Luis para a Belice. Monografía de conclusión de Curso de Formación de Musicoterapeutas. Río de Janeiro: Conservatorio Brasileiro de Música.

Munro, S. y Mount, B. (1978). Musictherapy in paliative care. C.M.A. Journal, November, 4(119): 1029-1033.

Ochman, F. y Lagunilla, P. (1998). Medicina para escuchar. Muy Especial (Edición española) 36: 75-78.

Ordorica, M. (2001). Supervivencia y muerte en la población mayor: Grandes cambios en las causas de muerte de los mayores. Demos, 14: 10-11.

Parlamento Latinoamericano (1996). Políticas para el envejecimiento saludable en América Latina. disponible en línea: http//:envejecimiento_uficrie1.htlm.

Partida, V. (2001). Monto y estructura de la población en el año 2000 y perspectivas en el 2050. Demos, 14: 6-7.

Posh, S. (1999). Compendio de musicoterapia. Barcelona: Herder.

Presmanes. L. y Fernández, T. (1992). Psicoballet y musicoterapia. En N. Hernández, M. Llanio y M. Fernández (Eds.): Physiopathology of Nervous Systems. La Habana: Academia: 99-103.

Rocabruno, J. y Prieto, O. (1992). Gerontología y geriatría clínica. La Habana: Ciencias Médicas

“EL ALIMENTO VOCAL QUE DA LA MADRE A SU HIJO ES TAN IMPORTANTE COMO SU LECHE, PARA EL DESARROLLO ITELECTUAL DEL NIÑO”
Alfred Tomatis

1.2Comparación entre mujeres y hombres al escuchar música sedante en el nivel del estado de ansiedad.
(Comparison between woman and men listen sedative music in the level of anxiety.)

 

Resumen

En la presente investigación fue hipotetizado que: 1) Tanto los hombres como las mujeres les fue reducido de forma significativa el nivel del estado de ansiedad. 2) A las mujeres les fue reducida de forma más significativa el estado de ansiedad que a los hombres. Se utilizaron 112 Ss; 56 Ss mujeres y 56 Ss hombres; estudiantes de sexto y octavo cuatrimestre de la facultad de psicología. Se igualaron los grupos con base al rasgo de introversión – extraversión. Para medir el estado de ansiedad fue usado el IDARE. Para ambos grupos, se les redujo de forma significativa el estado de ansiedad; para las mujeres t = 8.73; p<.01; para los hombres t = 5.7891; p<.01. sin embargo, la diferencia entre ambos grupos no fue significativa, t = 0.66; quizás, estos resultados fueron debidos a que los sujetos masculinos eran estudiantes de los últimos cuatrimestres de la carrera y por lo tanto, tuvieron más contacto con sus emociones.

Abstract

In the present investigation it was hypothesised: 1) As much men as women were them reduced in a significant way the level of the state anxiety. 2) To the women it was them reduced in a more significant way the state anxiety that to the men. 112 Ss was used; 56 Ss women and 56 Ss men, students of sixth and eighth four – month period of the psychology faculty. The groups were equalised with base trait: introversion – extrovert. In this investigation was used STAI: state anxiety. For both groups it was them reduced in a significant way the state anxiety: for the women, t 0 8.73, p<.01; for the men t 0 5.7891, p<.01. However, the difference between both groups were not significant t = 0.66; maybe these results due jurisdictions to that the masculine were students of the last four – month period of the career and therefore, they had more contact with their emotions.

Introducción

Partiendo del hecho de que la música fue utilizada con fines terapéuticos desde el inicio de la humanidad, siendo ejemplos de ello: las culturas egipcias, la hindú, los aztecas. Sin embargo, fueron los griegos, los que refinaron dicho uso; prueba de ello, es que la música griega, se caracteriza por el medio tono, de ahí que genere un ethos, que actúa sobre la parte material o física del hombre (Scout, 1969); por consiguiente, crea un determinado estado de animo o incluso fisiológico (Monro, 1894). La música griega puede provocar tres modos o estados de animo: systaltiké (composición musical que produce un efecto deprimente o que despierta sentimientos penosos), diastaltiké (el genero de música con que se levanta el espíritu) y hesikastiké y mese (pone calma al espíritu agitado); ( Salazar, 1954)

Empero, no fue sino hasta el siglo XX que de forma científica se comenzó a estudiar el efecto de la música en la conducta, dentro de los cuales podemos citar a: Millar, 1975 citado por Poch, 1999; el cual, afirma que la música va a actuar a nivel bioquímica e incluso Sternheimer, citado por Saenz, 1994 descubrió que ciertas notas musicales afectan a los aminoácidos de una proteína vegetal y por tal motivo, las plantas crecen con mayor rapidez.

Dentro del uso de la música, como un medio para reducir el impacto del nivel del estado de ansiedad, más no el rasgo de ansiedad, lo cual concuerda con la teoría de Spielberger (Spielberger, 1966b, 1972 y 1980), se han encontrado una variedad de estudios; algunos demuestran su poder ansiolitico en un nivel fisiológico (Ianni, 1985; Fernández y col., 1992; Kibler y Rider, 1983; Knight, 2001; Landreth y Landreth, 1974; Lorch, 1994, Peretti, 1975 y Peretti y Swenson, 1974, Robb, 1995, Satoh, 1983). A nivel de la aplicación de test, se encontraron. (Stanton, 1984; Stoudenmire, 1975 y Valderrama, 1997) Finalmente hay una investigación que establece la unión de medidas fisiológicas y medidas de la ansiedad subjetiva: Knight, 2001

Con respecto a la diferencia entre hombres y mujeres al escuchar música sedante en el nivel de ansiedad se encuentra el estudio de Peretti, 1975; en donde descubrió que para todos las mujeres y hombres se les reducía el nivel ansiedad de forma significativa, empero, se descubrió una diferencia significativa entre hombres y mujeres, dando como resultado una t = 2.41; gl = 198, p < .01 siendo las mujeres las que se les reducía la ansiedad que a los hombres.

El hecho de que las mujeres tengan un mejor contacto y se les facilite más la expresión de sus sentimientos que a los hombres; es sin la menor duda un estereotipo de genero; el cual, es creado por lo que espera la sociedad de lo que debe ser una mujer o un hombre. Empero, rara vez, se ha estudiado dichas diferencias de forma rigurosa y científica. (Cohn, 1991).

El pensamiento emocional esta asociado a lo femenino y se le considera la antítesis del objetivo científico y racional. Además se le visualiza como “menos que”; ambiguo, no estructurado y amorfo. Inclusive, se llega a percibir a toda la esfera de conocimiento que deriva de la experiencia subjetiva como que no vale o no tiene importancia; por consiguiente, se puede decir, que se desvaloraliza. (Walters, 1991)

Quizás por este hecho y por otras más el mundo occidental tiende a percibir y definir a las emociones (se incluye también a la intuición), y lo racional (lo racional), como cosas separadas y distintas y por lo tanto, como polaridades: como mejor y peor, como más y menos significativo, como primordial y subalterno. Todo lo cual, da como consecuencia que las personas del mundo occidental a tengan una conciencia que niega lo emocional y afirma lo analítico. Y cuando estas polaridades son luego asignadas a cada genero: se percibe a la mujer, como emocional y al hombre, como racional. (Bruner, 1960 y Walters, 1991)

En el presente estudio se hipotetizo que:

1. Tanto los hombres como las mujeres se les redujo de forma significativa los niveles del estado de ansiedad.

2. A las mujeres se les redujo de forma más significativas el estado de ansiedad que a los hombres.

Método:

Sujetos

Se utilizaron 56 Ss masculinos; y 56 Ss femeninos; aunque solamente terminaron el experimento 44 hombres y 45 mujeres. Pertenecientes a la clase media, siendo alumnos de la Facultad de psicología de la BUAP; fueron seleccionados de diferentes cursos de los cuatrimestres cuarto, sexto y octavo. Aproximadamente el 70% de los hombres pertenecían a los cuatrimestres sexto y octavo cuatrimestre cursos académicos. Con respecto a su lugar de residencia, se encontró que la mayor parte correspondían a la zona centro del país.. Todos ellos fueron voluntarios deseosos de recibir dos puntos sobre la calificación final de su curso.

Instrumentos:

Para medir el nivel del estado de ansiedad fue utilizado el inventario de ansiedad rasgo – estado (IDARE) de Spielberger, colaboradores y Díaz, 1975.

Para medir el rasgo introversión – extraversión se utilizo la escala 0 del MMPI - R de Hathaway y Mckinley, 1942 (adaptación Núñez, 1978).

Fue empleado un aparato de alta fidelidad para reproducir la grabación.

El salón fue lo suficientemente amplio para acomodar con su silla a 15 Ss., por sesión.

La música:

Se utilizo música sedante; la cual, se definió como; aquella música que se caracteriza por un ritmo regular, dinámico, predecible, con consonancia de armonía, instrumentación conocida y tono de sonoridad; es decir, este tipo de música esta compuesta por una melodía ligada en la que salta un ritmo marcado y persuasivo. Toda estas características llevan a la sedación física a respuestas de naturaleza intelectual y contemplativa más que física (Gaston, 1951).

Partiendo de todo lo anterior, Poch, 1999 enumera las características de la música sedante; las cuales son las siguientes: el volumen esta bajo; además, es regular o uniforme y apenas se hace notar. El tiempo, es más bien lento. Las notas son preferentemente graves o medias. Las líneas melódicas se presentan sin saltos bruscos y con repeticiones (como por ejemplo, el estribillo). Armonía son los acordes consonantes y finalmente, el timbre, va a depender del instrumento.

Fundamentalmente, la música utilizada en la presente investigación fue música barroca y clásica ligera, cada fragmento musical duraba entre tres a cinco minutos, con una duración total de 47 minutos. Se utilizaron los siguientes fragmentos:

1) Concierto de brandenburgo 4 en G mayor BWV 10489en allegro, de Bach (Valderrama, 1983); 2 Sinfonia del juguete en minuet, de Hayden; 3 Concierto de Brandenburgo 3 en sol mayor BWV 1048 en allegro, de Bach; 4 Sinfonia 40 en sol menor KV 550 en allegro molto, de Mozart, arreglo de Waldo de los Rios; 5 Danza de Anitra; 6 Atrapado en Bach,; 7 Atrapado en el Romance; 8 KV 467 andante de Mozart (los fragmentos musicales del 2 al 8; Valderrama, 1989). 9 Obertura de la flauta mágica KV 620 de Mozart; 10 El concierto para flauta en D K 314 en allegro, de Mozart; 12 Concierto para flauta número 3 en D,P. 155 “Il Cardelina” en allegro de Vivaldi; 13 Concierto de Brandenburgo 5 en D mayor BWV 1050 en allegro, de Bach; 14 Concierto para violin en E BWV 1042 en allegro, de Bach y 15 Canción de cuna, de Brahms (lo fragmentos de 10 al 15, fueron juzgados como sedantes por un grupo de expertos con formación musical academica, de la Escuela de música de la BUAP).

La secuencia en que fueron escuchados estos fragmentos fue en el siguiente orden: 15, 8, 9,5, 10, 6, 4, 14, 13, 1, 11, 12, 7, 3, 2.(Valderrama, 1997)

Procedimiento

En primer lugar, se procedió a igualar los formar los grupos de mujeres y hombres.

Los subgrupos estaban formados, cada uno de ellos por 15 Ss. Cada subgrupo fue congregado en un salon tranquilo, con sillas confortables, bien ventilado y sin ruido. El volumen de la grabadora fue colocado a un nivel lo suficientemente alto para que pudiera ser escuchado perfectamente bien en cualquier parte de la habitación.

A cada uno de los subgrupos les fue leído las siguientes instrucciones:

“Como ustedes recordaran este estudio consiste en estudiar el efecto de la música en la conducta. Para ello, les pido que se sienten lo más cómodo posible y permanezcan en silencio.”… (Acto seguido, se aplico el estado de ansiedad del IDARE en su fase PRE. Al termino de la aplicación se continuo con las instrucciones). “ Y ahora simplemente cierren sus ojos y escuchen la música.”… (Acto seguido se les puso la música y al finalizar se continuo con las instrucciones finales). “Ahora quiero que abran sus ojos muy lentamente cada cual a su propia velocidad para que ustedes entren al mundo y no el mundo a ustedes.”… (Por ultimo, se aplicó nuevamente el estado de ansiedad del IDARE en su fase POST).

Tres sesiones, fueron aplicadas a cada subgrupo, bajo el anterior procedimiento.

Resultados:

Con respecto a la media del rasgo introversión – extroversión se encontró que el grupo de las mujeres dio X = 52.9629 y el grupo de los hombres dio X = 53.7358.

 

En las Mujeres se encontró lo siguiente: t = 8.7392; gl = 151; p < .01. Para más detalles, ver tabla I. en el caso de los hombres se encontró que t = 5.7891; gl = 151; p < .01. Para más detalles, ver tabla II.

Tabla I: Pre y post tratamiento de la media y la desviación estándar en los resultados del estado de ansiedad en las mujeres

Tabla II: Pre y post tratamiento de la media y la desviación estándar en los resultados del estado de ansiedad en los hombres .

Con respecto a la comparación entre mujeres y hombres se encontro una t= 0. 6637; la cual, no es significativa.

Discusión:

Como se puede observar, se logro aparear los grupos en cuanto al rasgo introversión – extraversión. Lo cual indica que en ese parámetro no existen diferencias que puedan explicar los resultados obtenidos en la presente investigación.

Como se puede observar, para ambos grupos la música sedante es efectiva para reducir el nivel del estado de ansiedad; por lo tanto, se acepta la hipótesis I para ambos grupos; lo cual, va de acuerdo con la teoría de la musicoterapia. (Dibner, 1958, Meyer, 1957 y 1966; Lidz, 1968, Whitehead, 1969, Poch, 1999) ; y además los datos empíricos, tales como: Peretti, 1975, Jost, 1990, Fernández, 1992, Standley, 1993, Valderrama, 1997.

Sin embargo, la diferencia entre hombres y mujeres no fue significativa; lo cual, esta en contraposición con los datos empíricos existentes (Peretti, 1975), aunque, si lo observamos más detenidamente no existe tal contradicción.

Quizás, los resultados que se obtuvieron en la presente investigación se debieron, porque un amplio porcentaje del grupo de hombres correspondía a semestres superiores (sexto y octavo de la carrera de psicología). Lo cual, me indica que posiblemente la misma formación de la carrera hizo que los hombres tuvieran mayor contacto y expresión de sus emociones. Por ello, resulto que se anularan las diferencias entre ambos grupos. Por lo tanto, los datos obtenidos fueron sesgados por la formación académica que tuvieron.

Es necesario realizar más estudios utilizando otros tipos de muestra, por ejemplo de hombres y mujeres que no tengan que ver con las humanidades y ver que sucede con su ansiedad al escuchar música sedante.

Bibliografía

Bruner, J.S., 1960. The process of education. New York, Vintage.

Cohn, D., 1991. Sex differences in the course of personality development: a meta – analysis psychological bulletin, 109, 252 – 266.

Dibner, A. S, 1958. Ambiguity and anxiety. J. Abn. And Soc. Psychol, 56, 43 - 47

Fernández, T., Diaz, E, Cádiz, M y Fajardo, R., 1992. Experiencias psicofisiológicas sobre los efectos sedantes de fragmentos musicales. Physiopatology of nervous systems. La Habana: Academia 123 – 127.

Gaston, E.T, february – march, 1951. Dynamic music factors in mood change. Music educators journal, 37, 42 – 44.

Hahaway, S.R y Mckinley, (1943, adaptación para América Latina por Nuñez, O, R., basado en la traducción de Bernal, A., Colón, A., Fernández, E., Mena, A., Torres, A., y Torres, E., revisado por Velásquez, H. A), 1981. Inventario Multifasico de la Personalidad, forma R, MMPI – R. Manual Moderno, México.

Ianni, M, 1985: Fonoterapia. En Ianni, M., 1985. Tratamientos naturistas practicos. (cap 19). Buenos Aires.

Jost, J., 1990. Equilibre et santé par la musicothérapie. París: Edit. Albin Michel.

Kibler, V.E y Rider, M. S., 1983. Effects of progresive muscle relaxation and music on stress as measured by finger temperature response. Journal of clinical psychology. Vol 39 (2), 213 – 215.

Knight, E.W y Rickard, N, 2001. Relaxing music prevents stress – induced in subjective anxiety, systolic blood pressure, and heart rate in healthy males and females. Journal of music therapy: vol. 38, 254 – 272.

Landreth , J.E., y Landreth, H.F., 1974. Effects of music on physiological response. Journal of research in musical education, 22, 4 – 12.

Lidz. R, 1968. The person. New York: Basic books.

Lorch, C; Lorch, V; Diefendorf, A y Earl, P., 1994. Effect of stimulative and sedative music on systolic blood pressure, heart rate, and respiratory rate in premature infants. Journal of music therapy 31(2), 105 – 118.

Meyer, L.B, 1957. Meaning in muscle and information theory. J. Aesthetics and art criticism, 16, 16 – 19.

Meyer, L.B, 1966. Emotion and meaning in music. Chicago: Univ. Chicago Press.

 

 
 
 
 
   
 
<- Parte 1 Parte 3 ->
<- Lección anterior  
 
 
 

Canales: Amor y sexo |Belleza y estilo | Dinero |Tiempo libre | Salud y bienestar | Viajes |Familia | Astrología | Hogar | Tus raíces | HumorJuegos | Tecnologia70+
Servicios: Horóscopo | Cursos gratisLibros gratis | Postales | Clasificados | Webmasters | Publicidad
Ayuda | Home | Agregar a favoritos | Tu pagina de inicioInvita un amigo | FacebookTwitter