Cuando los vaya a preparar, si esta congelado, sométalo a un proceso de descongelación lento, para permitir que el jugo o líquido de la descongelación sea retenido por la carne, sáquelo la noche anterior del congelador y póngalo dentro del refrigerador en la parte mas baja o donde el frió sea menor, al día siguiente antes de prepararlo, lávelo con agua potable, interna y externamente, elimine los restos de sangre y cualquier suciedad que pueda contener, así como cualquier resto de plumas o plumones.
Recuerde que desde el momento que comienza a descongelarse puede estar sometido al crecimiento microbiano, por lo que es recomendable mantener la pieza al abrigo de insectos (moscas) y protegida de corrientes de aire, que pueden transportar bacterias. El pollo que ha sido congelado no tiene el mismo valor nutritivo que el fresco.
Póngase en su cocina como regla general, consumir el pollo antes de que hayan transcurrido tres días desde el que lo ha adquirido, para disfrutar de la carne de ave en toda su calidad.
Cuando lo compre debe tener en cuenta que su piel debe estar intacta, sin manchas. Si la carne tiene un ligero color amarillento no se preocupe, esto significa que el ave ha sido alimenta con maíz, esto se puede apreciar mas en los pollos de granja o los criados en casa, aunque admite la congelación, no debe mantenerse mucho tiempo en el frigorífico pues tiende a perder sabor y se estropea con facilidad, es muy popular y versátil y se utiliza en múltiples recetas pero su carne debe consumirse bien cocida.
Para comprobar su ternura no debe tener pelos sedosos una vez que ha quitado las plumas, las patas deben ser gordas y las rodillas abultadas, la ternilla (cartílago) debe estar tierna y moverse con facilidad, la carne debe ser brillante y debe oler a fresco.
Simple y sencilla receta que preparaban los gitanos en grandes cazuela sobre las hogueras en el campo.
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