Martha Davis y otros autores en su libro "Técnicas de autocontrol emocional"
(Ed. Martínez Roca), apuntan algunos pasos para reforzar la personalidad de
las personas tímidas:
Detención del pensamiento.
Concentrarse en los pensamientos no
deseados que nos asaltan y, después de un corto período de tiempo, detener y
vaciar la mente. Se debe estar atento a la aparición de estos pensamientos,
identificarlos y pararlos enérgicamente.
Rechazo de las ideas irracionales. Suscitando pensamientos
racionales como "no me afecta", "todo ser humano se equivoca", "una
discusión es cosa de dos", "nos sentimos en función de cómo pensamos", o
"qué es lo peor que me puede ocurrir".
Desarrollo de técnicas de afrontamiento del miedo. Utilizando
técnicas de relajación que apoyen las decisiones que nos conducen a soportar
situaciones difíciles.
Entrenamiento asertivo. Mostramos una conducta asertiva cuando
defendemos nuestros propios intereses, y expresamos nuestras opiniones
libremente pero sin herir la susceptibilidad de los demás.
Otro autor, Weimberg, afirma que la timidez es un hábito que se
fortalece si no se actúa contra él. Lo mejor es afrontarla de frente, no
huir. Aguantar la presión de las miradas, quedarse en el grupo.
Mirar a los ojos del interlocutor, cada vez un poco más fijamente. "No se
trata de hallar valor para hablar, sino de hablar para hallar valor".
Hemos
de hacer inventario de nuestros propios valores para ir tomando conciencia
íntima de nuestras cualidades. Y para valorarlas en su justa medida.
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