A partir de 1850 aproximadamente comenzaron las cooperativas y la instalación de cocinas de leña, el uso de las máquinas domésticas picadoras de carne y la consolidación de los comercios al por menor contribuyeron a abrir nuevos caminos culinarios; la leche junto con las papas adquirieron un papel predominante en la dieta danesa que se caracterizo por la preparación de exquisitos platos como el cerdo asado manteniendo su corteza crujiente (flæskesteg), lo que nosotros los latinos llamamos el chicharrón, y en Venezuela lo podemos conseguir fragante y deliciosos en el Junquito, con su clara influencia alemana
También fueron platos característicos de este periodo de mediados del siglo XIX:
1. el bacalao hervido con salsa de mostaza,
2. caldo con bolitas de pan, de harina y de carne,
3. albóndigas (frikadeller),
4. filetes de carne picada (hakkebøf)
5. las compota de frutos rojos (rødgrød),
6. sopa dulce (sødsuppe) y otras compotas,
7. la col guisada (stuvet kål),
8. la col lombarda (rødkål),
9. las remolachas encurtidas (syltede rødbeder)
10. la ensalada de pepino (agurkesalat),
11. los estofados de guisantes y zanahorias (stuvede ærter og gulerødder).
Los grandes cambios y la oferta infinitamente más variada de productos alimenticios que han transformado la cocina danesa debido a las importaciones y las nuevas tecnologías que eliminado las diferencias de temporada. En los años ochenta se produjo una reacción en contra la industrialización, y la influencia extranjera de los restaurantes de comida rápida, que habían anulado esa diferencia entre temporadas, y algunos importantes chefs como Erwin Lauterbach y Jan Hurtigkarl volvieron a la cocina danesa original basada en las mejores verduras y pescados de Dinamarca.
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