En la última
posada que se festeja el 24 de diciembre, la
Nochebuena, se ofrecen un sin fin de platillos
riquísimos y apegados al presupuesto
de cada familia.
Se toman botanas mexicanas, pero para que ustedes
se aclimaten a este día les comentaré
que desde días antes se compra al guajolote
y se le cría o se compra el bacalao y
se desala.
Un día antes, o en la madrugada del veinticuatro,
se mata al pobre guajolote y se empiezan a oír
el rechinar del aceite friendo los chiles para
el guajolote, o se escucha el golpe del metate
moliendo chiles y el aroma que sale de ellos.
Se almuerza ligeramente ya que ese día
se estará comiendo constantemente, y
las mujeres en la cocina comienzan a darse gusto
mezclando sabores.
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