De los 3 a los 5 años, los padres tienen la oportunidad de facilitar que su hijo desarrolle la iniciativa, la creatividad y fortalecer la autonomía relativa. Si al niño se le impide tener iniciativa, se llenará de culpa, frustración e inhibición.

Diversos psicólogos afirman que las bases de la autonomía se pueden remontar entre los 9 y 18 meses de edad, en donde el niño aprenderá dichas bases si se le permite la iniciativa en juegos por lo menos entre el 30 y 40 % de las veces.

Asimismo se crea un ambiente favorable cuando se tiene  empatía con las emociones que va mostrando el niño, lo que ayuda a que el menor exprese con libertad la gama de emociones.
También es necesario en esta etapa mostrar con firmeza por parte de los padres, que hay cosas que no se deben hacer, por ejemplo: prender las llaves de la estufa. Si no comenzamos a ser firmes en cosas pequeñas, a la larga el niño o la niña se convertirá en un dictador, en un tirano.

La otra cara de muchos hijos dictadores o tiranos, radica en su codependencia,  son aquéllos super o mega dependientes de mamá o papá, y no logran desarrollar esa autonomía porque viven verdaderamente ahogados, sobreprotegidos y supera papachados.
Nunca crecen ni se hacen responsables.

Es un arte educar a los hijos, una tarea difícil pero no imposible, es deseable ir encontrando la mejor combinación entre lo que si se permite y lo que no, entre la ternura y la firmeza.