Los sistemas sociales están envueltos de otros que operan como variables exógenas y ejercen su influencia desde el exterior, sea en forma directa como indirecta. Empero, los sistemas sociales, por razón de las instancias competentes, deben orientar sus metas teniendo en cuenta las metas o intereses de los que le rodean así como también la difusión de patrones culturales que puedan incorporarse dentro de su sistema de cultura que le es propio y que necesariamente tienen que provocar cambios cualitativos que afectarán, positiva como negativamente, las relaciones internas y externas del sistema respectivo.
Si se trata de macro sistemas sociales que poseen su peculiar sistema político, su clase dirigente resulta constreñida en su quehacer internacional para no afectar los intereses y las metas de algún otro sistema similar de su entorno, reorientando sus propias metas y limitando o expandiendo sus intereses.
En la época actual, no debe entenderse como al conjunto de sistemas limítrofes, sino todos los sistemas sociales del mundo, porque la velocidad alcanzada para la propagación de informaciones los convierte en parte del sistema social respectivo. Verbigracia: En el siglo XXI, los Estados Unidos de América han asumido el papel de una especie de “Vigilantes del mundo”, para intervenir políticamente en cuanto conflicto internacional que ocurra e, inclusive, en los trances internos de las naciones si pueden ser potencialmente perniciosos y poner en peligro el equilibrio político-económico mundial, todo ello, de acuerdo a su punto de vista en relación a la geopolítica global.
1.4. Organización de los Sistemas Normativos
Simboliza la presión del sistema para el cumplimiento de normas necesarias para su operación. Por consiguiente, las normas de la Religión, la Moral, las Costumbres, etc. prestan su concurso para organizar la sociedad, tanto en el presente como en el pasado. Pero principalmente son las normas jurídicas las que determinan la organización de los sistemas nacionales. Ellas definen los actos lícitos como los ilícitos, la formación de organización de las sociedades conyugales, así como su disolución y las consecuencias jurídicas que se deriven de tal supuesto; la línea y organización de la propiedad mueble o inmueble; la contratación; las obligaciones y sus efectos: la forma y modo de transmisión de la propiedad a la muerte de su titular; la represión de los delitos; el sometimiento de gobernantes y gobernados a los mandatos del Derecho; etc.
En definitiva, la organización del sistema social nacional debemos buscarlo en la Constitución Política del Estado, en su sistema político, en su sistema económico y en las relaciones causales provocadas por dichos componentes. Por consiguiente, el gran organizador de la sociedad es el Derecho, cuyo papel no puede ni debe menospreciarse.
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